Tras la decisión de Elon Musk de cancelar la construcción de una fábrica de Tesla en México, el gobierno mexicano ha decidido apostar por el desarrollo de sus propios vehículos eléctricos bajo el nombre provisional de «Olinia». Esta iniciativa busca posicionar al país en el mercado de la movilidad eléctrica, con la presentación del primer prototipo planeada para 2026, durante la Copa Mundial de Fútbol.
El proyecto contempla tres modelos: un pequeño monoplaza, un vehículo para varios pasajeros y una furgoneta compacta, con precios estimados entre 90,000 y 150,000 pesos. La presidenta Claudia Sheinbaum ha declarado que estos autos serán seguros, enchufables en cualquier toma de corriente y estarán compuestos mayoritariamente por componentes nacionales.
Experiencia y Desafíos
Expertos como Paul Rössling, ingeniero de la consultora DB Eco, creen que México tiene el potencial para llevar a cabo esta tarea debido a su amplia experiencia en la industria automotriz. Empresas como Volkswagen, BMW y Audi llevan años operando en el país, mientras que universidades en Monterrey y Ciudad de México investigan tecnologías clave.
Sin embargo, Andreas Müller, de la Cámara Mexicana de Comercio Exterior, señala que el mayor desafío radica en la fabricación de baterías, ya que actualmente México solo ensambla componentes provenientes de Asia. A pesar de esto, Müller destaca que el país cuenta con las materias primas necesarias para producir baterías localmente.

Movilidad Urbana y Potencial Sostenible
El enfoque de Olinia está en vehículos ligeros y eficientes para entornos urbanos. Estos microcoches eléctricos podrían ofrecer una alternativa más segura que las motocicletas, aunque sin los estándares de seguridad de un automóvil convencional. Además, su ligereza y bajo consumo energético permitirían cargar sus baterías en tomas de corriente domésticas.
Markus Emmert, miembro de la Asociación Federal Alemana para la Movilidad Eléctrica, resalta que estos vehículos son funcionales, económicos y sostenibles en entornos urbanos. Sin embargo, advierte que la sostenibilidad de estos autos depende de la generación de energía en México, la cual aún se basa en combustibles fósiles.
A pesar de los desafíos, el proyecto Olinia representa una oportunidad educativa y tecnológica para México. Con el apoyo de un nuevo ministerio de investigación, los ingenieros trabajarán en el diseño de estos vehículos para hacerlos rentables y funcionales, mientras el país avanza hacia un futuro impulsado por energías renovables.