El gobierno de Claudia Sheinbaum ha presentado la iniciativa de la primera empresa mexicana dedicada a la fabricación de mini vehículos eléctricos, que llevará el nombre de Olinia. El objetivo del proyecto es lanzar tres modelos accesibles, con precios que oscilarán entre los 90,000 y 150,000 pesos (aproximadamente entre 4,500 y 7,500 dólares), y se espera que lleguen al mercado para el año 2030. Esta propuesta, que combinará inversión pública y privada, fue anunciada durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, detallando que los tres modelos contemplados incluirán uno para uso personal, otro diseñado para la movilidad en comunidades locales —definido como un vehículo «de barrio»— y un tercero enfocado en entregas de última milla.

El equipo a cargo del proyecto está conformado por especialistas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y del Tecnológico Nacional de México, quienes contarán con un fondo inicial de 25 millones de pesos para desarrollar el prototipo final. Durante la presentación, la secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, Rosaura Ruiz Gutiérrez, señaló que Olinia responde a un interés prioritario de la presidenta: fomentar la transición hacia energías limpias y contribuir a la protección del medioambiente mediante la reducción de emisiones contaminantes. Ruiz Gutiérrez destacó también el impacto positivo que podría tener el tamaño compacto del vehículo en la gestión del espacio urbano. Por su parte, el director del proyecto, Roberto Capuano, comentó que una de las metas a corto plazo es que el primer modelo esté listo para el Mundial de 2026, de modo que se pueda utilizar durante el partido inaugural en el Estadio Azteca.
La creación de este automóvil eléctrico, completamente diseñado y fabricado en México, es parte de los compromisos asumidos por la presidenta en los 100 puntos de su agenda de gobierno. El vehículo busca ofrecer una solución económica, sustentable y adecuada para las necesidades de transporte de millones de personas en zonas urbanas. Claudia Sheinbaum subrayó que este auto debe ser seguro, completamente eléctrico y compatible con cualquier toma de corriente, además de incorporar principalmente componentes de fabricación nacional. Capuano añadió que el 70% de los mexicanos vive en áreas urbanas y, de ellos, el 80% recorre distancias diarias menores a 30 kilómetros, lo que convierte a este tipo de vehículo en una opción muy práctica.
El nombre Olinia proviene del náhuatl y significa «moverse» o «estar en movimiento». Se planea que tanto el diseño como el ensamblaje se realicen en México, reforzando así la capacidad industrial del país en el sector automotriz. Aunque los modelos exhibidos durante la presentación son solo ilustrativos, una de las primeras tareas del equipo será definir el diseño final. Rosaura Ruiz calificó la iniciativa como un acontecimiento trascendental para la industria mexicana, con el potencial de marcar un antes y un después. Los creadores del proyecto aspiran a que el auto eléctrico nacional pueda competir con modelos internacionales ya establecidos, como los de BYD y Tesla.
Actualmente, la industria automotriz contribuye con el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) del país y representa el 20.5% del PIB manufacturero. Capuano destacó que en mercados como China e India, la venta de mini vehículos alcanzó 1.3 millones de unidades en 2023, lo que demuestra el alto potencial de esta categoría. La expectativa es que, para 2030, México se sume a esta tendencia global con su propia oferta de mini vehículos eléctricos. Sin embargo, aún no se han dado a conocer detalles sobre el número de unidades iniciales ni los puntos de distribución que se establecerán a nivel nacional.